Te acompaño a habitar tu divergencia y soltar lo que se esperaba de ti.
¿Cruzas el puente?
Esto es un portal para bichas raras, altamente sensibles o neurodivergentes que quieren quitarse capas, habitar su cuerpo y expresarse con su ropa.
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Inspírame con contenidos. Voy pal otro lado.
En el mundo del deber dicen que solo tienes diez segundos para gustar.
Pero ¿Y si tú no estás aquí para dejarte la piel? ¿Y si has venido a ser, sin pedir permiso?
En el mundo del deber dicen que solo tienes diez segundos para gustar.
Pero ¿Y si tú no estás aquí para dejarte la piel? ¿Y si has venido a ser, sin pedir permiso?
Aquí empiezas habitar tu cuerpo y vestirte. A tu ritmo y a tu manera.
Aquí empiezas habitar tu cuerpo y vestirte. A tu ritmo y a tu manera.
Aquí empiezas habitar tu cuerpo y vestirte. A tu ritmo y a tu manera.
Tres razones por las que que se te complica habitar tu cuerpo y vestirte libre.
1
Tienes el radar afinado para no molestar
Te mimetizas con el ambiente, hablas menos, te mueves como los demás. Y también eliges ropa que no destaque ni grite a fuera de la norma. ¡Y como pa no! Adaptarte ha sido tu forma de protegerte en entornos donde ser tú no ha sido bien recibido.
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Tienes el radar afinado para no molestar
Te mimetizas con el ambiente, hablas menos, te mueves como los demás. Y también eliges ropa que no destaque ni grite a fuera de la norma. ¡Y como pa no! Adaptarte ha sido tu forma de protegerte en entornos donde ser tú no ha sido bien recibido.
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Tienes el radar afinado para no molestar
Te mimetizas con el ambiente, hablas menos, te mueves como los demás. Y también eliges ropa que no destaque ni grite a fuera de la norma. ¡Y como pa no! Adaptarte ha sido tu forma de protegerte en entornos donde ser tú no ha sido bien recibido.
2
Estar en tu cuerpo se siente demasiado
No es que seas delicada. Ese sonido que otros ni notan, a ti te atraviesa. Esa emoción te sacude. Las etiquetas se sienten como papel de lija. Y esa luz se te clava en los ojos. Vamos, que un bar o un pantalón mal elegido te puede fastidiar el día entero. Pero te da miedo que si lo dices piensen que eres una exagerada y te sientas fuera (otra vez).
2
Estar en tu cuerpo se siente demasiado
No es que seas delicada. Ese sonido que otros ni notan, a ti te atraviesa. Esa emoción te sacude. Las etiquetas se sienten como papel de lija. Y esa luz se te clava en los ojos. Vamos, que un bar o un pantalón mal elegido te puede fastidiar el día entero. Pero te da miedo que si lo dices piensen que eres una exagerada y te sientas fuera (otra vez).
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Estar en tu cuerpo se siente demasiado
No es que seas delicada. Ese sonido que otros ni notan, a ti te atraviesa. Esa emoción te sacude. Las etiquetas se sienten como papel de lija. Y esa luz se te clava en los ojos. Vamos, que un bar o un pantalón mal elegido te puede fastidiar el día entero. Pero te da miedo que si lo dices piensen que eres una exagerada y te sientas fuera (otra vez).
3
Pasas de tips con olor a patriarcado
Habitar tu cuerpo y jugar con la ropa te llama. Pero tragarte más mierda no. Has pasado mucho hasta poder tratarte con un mínimo de amor y respeto. ¿Y ahora vas a ir a que te digan que “Es si eres así es porque no te has esforzado” o "Con ese cuerpo mejor esto o lo otro"? Ni de coña. Tú no estás buscando que te arreglen. ¡Y ole tú!
Habitar tu cuerpo y jugar con la ropa te llama. Pero tragarte más mierda no. Has pasado mucho hasta poder tratarte con un mínimo de amor y respeto. ¿Y ahora vas a ir a que te digan que “Es si eres así es porque no te has esforzado” o "Con ese cuerpo mejor esto o lo otro"? Ni de coña. Tú no estás buscando que te arreglen. ¡Y ole tú!
Cada vez que te desconectas de tu cuerpo y te vistes desde el piloto automático, te apagas un poco más. Como si el portal se cerrara.
Cada vez que te desconectas de tu cuerpo y te vistes desde el piloto automático, te apagas un poco más. Como si el portal se cerrara.
Pero te entiendo.
No es solo cuerpo y ropa, es todo lo que te enseñaron a ocultar: tu cuerpo incómodo para el sistema, tu forma de sentir, tus ritmos, tu manera de ser y estar. Mostrarte no es fácil cuando te han intentado borrar. Pero te espero aquí. Con ganas de verte cruzar.
No es solo cuerpo y ropa, es todo lo que te enseñaron a ocultar: tu cuerpo incómodo para el sistema, tu forma de sentir, tus ritmos, tu manera de ser y estar. Mostrarte no es fácil cuando te han intentado borrar. Pero te espero aquí. Con ganas de verte cruzar.
Sobre El Puente
Quién soy
Soy Aizea y acompaño a bichas raras, neurodivergentes y altamente sensibles, agotadas de adaptarse (como yo), a habitar su cuerpo y vestirse sin pedir perdón.
Desde la somática y el estilismo libre. Aliñado con centros de energía, visualizaciones y arquetipos. Para que te explores desde el juego y la profundidad.
Soy Aizea y acompaño a bichas raras, neurodivergentes y altamente sensibles, agotadas de adaptarse (como yo), a habitar su cuerpo y vestirse sin pedir perdón.
Desde la somática y el estilismo libre. Aliñado con centros de energía, visualizaciones y arquetipos. Para que te explores desde el juego y la profundidad.
Soy Aizea y acompaño a bichas raras, neurodivergentes y altamente sensibles, agotadas de adaptarse (como yo), a habitar su cuerpo y vestirse sin pedir perdón.
Desde la somática y el estilismo libre. Aliñado con centros de energía, visualizaciones y arquetipos. Para que te explores desde el juego y la profundidad.
Qué hago
Qué hago
Qué hago
Te guío con todo lo que he aprendido en estos 7 años acompañando (y todo lo que he vivido).
Con una mirada informada en trauma que entiende de cuerpos diversos, vidas queer y sentires neurodivergentes. Para ayudarte a atravesar el umbral que te lleva de la norma al cuidado y el disfrute.
Te guío con todo lo que he aprendido en estos 7 años acompañando (y todo lo que he vivido).
Con una mirada informada en trauma que entiende de cuerpos diversos, vidas queer y sentires neurodivergentes. Para ayudarte a atravesar el umbral que te lleva de la norma al cuidado y el disfrute.
Te guío con todo lo que he aprendido en estos 7 años acompañando (y todo lo que he vivido).
Con una mirada informada en trauma que entiende de cuerpos diversos, vidas queer y sentires neurodivergentes. Para ayudarte a atravesar el umbral que te lleva de la norma al cuidado y el disfrute.
Habitarte y vestirte libre es abrir un portal a quien ya eres. Conectar con tu cuerpo y tu estilo no va de cambiarte ni de encajar: va de reconocerte y de reivindicar tu lugar a tu manera.
Conmigo te llevas un mapa sin postureos para volver a ti, cuidarte y sentirte más segura en tu cuerpo y tu ropa.
Quiero que conectes con tu cuerpo y te vistas como tú, sin pedir permiso.
Habitarte y vestirte libre es abrir un portal a quien ya eres. Conectar con tu cuerpo y tu estilo no va de cambiarte ni de encajar: va de reconocerte y de reivindicar tu lugar a tu manera.
Conmigo te llevas un mapa sin postureos para volver a ti, cuidarte y sentirte más segura en tu cuerpo y tu ropa.
Quiero que conectes con tu cuerpo y te vistas como tú, sin pedir permiso.
¿Cruzamos el puente juntas?
Escoge el camino que más te llama.
¿Cruzamos el puente juntas?
Escoge el camino que más te llama.
¿Cruzamos el puente juntas?
Escoge el camino que más te llama.
Personas que han confiado en mí.
Estas son algunas de las historias.
Estas son algunas de las historias.
Anastasia
Anastasia
Anastasia
Aizea plantó la semilla de esperanza en mí, me enseño la importancia del cuerpo, la importancia de parar, de escuchar las señales que te envía. En su consulta me sentí acogida, abrazada, entendida, apoyada, respetada y segura.
Nuestras sesiones para mÍ no solo eran preciosos rituales de intercambio de sabiduría, emociones, puntos de vista, cariño y respeto.
Nadia
Nadia
Nadia
El acompañamiento para vestirme sin permiso me ha hecho reconectar con el juego. Ver los colores de la ropa como algo que puedo integrar en mi vida y ser más consciente de lo que me gustaría utilizar. Y no sentirme tan cohibida por frases externas y discursos sociales.
Habitar tu cuerpo y vestirte es algo tan cotidiano como comprar el pan. Pero deja una huella profunda en cómo te percibes a ti misma.
Aquí te acompaño a aflojar imposiciones y volver al juego.
Habitar tu cuerpo y vestirte es algo tan cotidiano como comprar el pan. Pero deja una huella profunda en cómo te percibes a ti misma.
Aquí te acompaño a aflojar imposiciones y volver al juego.
Quiero darle la vuelta a mi cuerpo y armario.
